“Las películas son como ventanas, pero a veces también pueden ser espejos.”
Desde niño, allá por los años 60, descubrí mi pasión por el cine en mi querida Badajoz, donde dos cines emblemáticos —el Teatro López de Ayala y el desaparecido Menacho— me abrieron las puertas a mundos fascinantes. En aquellos tiempos, ir al cine era un verdadero acontecimiento. La emoción de ver películas de vaqueros, de aventuras o de cualquier otro género era incomparable. El Menacho, que hoy ha sido reemplazado por una tienda de ropa, tenía un encanto especial, como tantos cines antiguos que marcaron una época y dejaron una huella imborrable en la vida de sus espectadores.
A lo largo de los años, mi afición por el cine ha evolucionado, pero aún conservo el mismo entusiasmo por descubrir —y redescubrir— películas que considero auténticas joyas. En esta recopilación, quiero compartir algunas de mis favoritas, acompañadas de comentarios y reflexiones que he leído y con los que coincido plenamente. Algunas me conquistaron desde la primera vez que las vi; otras han ido ganando profundidad con cada nuevo visionado. Pero todas, sin excepción, forman parte de mi particular homenaje al cine: una pasión que ha crecido conmigo y que hoy deseo compartir contigo.
La Mejor Oferta (2013)
Giuseppe Tornatore dirige este elegante thriller emocional protagonizado por Geoffrey Rush. Virgil Oldman, un solitario experto en arte, conoce a Claire, una joven agorafóbica que lo lleva a cuestionarse el valor de la belleza, la autenticidad y el amor. La trama combina misterio y romance en una atmósfera cargada de simbolismo, donde el arte es tanto refugio como trampa. La fotografía brilla con tonos dorados y composiciones que parecen cuadros. Rush está impecable, y el giro final deja una marca duradera. Una obra visualmente sofisticada y emocionalmente desconcertante.
Sicario (2015)
Dirigida por Denis Villeneuve, Sicario es un retrato brutal de la guerra contra el narcotráfico. Emily Blunt interpreta a una agente del FBI arrastrada a una operación encubierta donde reina la ambigüedad moral. Benicio del Toro, como Alejandro, se roba cada escena con su presencia silenciosa e intensa. La fotografía resalta el desierto como un paisaje hostil, reforzando la tensión constante. Un thriller seco, inquietante y preciso.
Sicario: Día del Soldado (2018)
La secuela lleva la oscuridad aún más lejos. Alejandro (Benicio del Toro) y Matt (Josh Brolin) operan al margen de la ley para desatar una guerra entre cárteles. Sin la brújula moral de Emily Blunt, la historia se vuelve más nihilista. La relación entre Alejandro e Isabel aporta humanidad al sicario. Visualmente árida y tensa, explora la violencia como rutina sin redención.
Fargo (1996)
Una tragicomedia criminal de los hermanos Coen donde lo absurdo convive con la violencia. Un secuestro mal planeado trastorna la calma de un pueblo nevado. Frances McDormand brilla como Marge Gunderson, una policía embarazada y serena. La estética blanca convierte la nieve en lienzo moral. Minimalista en forma, pero profunda en contenido.
Comanchería (2016)
Un western moderno sobre bancarrotas emocionales y económicas. Dos hermanos roban bancos en Texas para salvar su granja. Jeff Bridges, como el sheriff veterano, aporta empatía al conflicto. El paisaje desértico refuerza la sensación de abandono. Una crítica social disfrazada de persecución. Seca, sobria, intensa.
Salvar al soldado Ryan (1998)
Spielberg redefine el cine bélico con una historia sobre sacrificio y humanidad. El desembarco en Normandía es una secuencia inolvidable. Tom Hanks lidera una misión para rescatar a un soldado, símbolo de esperanza. Realismo crudo, emoción honesta y una narrativa que honra la vida en medio del caos.
Mejor… Imposible (1997)
Una comedia romántica con alma. Jack Nicholson encarna a un escritor maniático y sarcástico que, gracias a una camarera (Helen Hunt) y un vecino artista (Greg Kinnear), aprende a abrir su corazón. Tierna, sarcástica y profundamente humana, habla de transformación a través del amor y la empatía.
Blade Runner (1982)
En un mundo lluvioso y decadente, los replicantes buscan sentido y vida. Harrison Ford los caza, pero ellos sienten más que él. Ridley Scott crea un hito del cine con estética cyberpunk, dilemas éticos y poesía visual. “He visto cosas que vosotros no creeríais…” sigue resonando como elegía futurista.
Matrix (1999)
¿Y si el mundo fuera una ilusión? Neo lo descubre al tomar la píldora roja. Filosofía, kung-fu, Baudrillard y Platón se encuentran en esta revolución cinematográfica. Estilo cyberpunk, acción visionaria y preguntas eternas: ¿qué es real? Las Wachowski cambiaron la historia del cine con esta bomba cultural.
Dune (2021)
Villeneuve adapta a Frank Herbert con una visión majestuosa. Paul Atreides enfrenta su destino en el árido planeta Arrakis. Política, misticismo y supervivencia entre gusanos gigantes y traiciones. Visualmente colosal y espiritualmente densa, Dune es mito moderno envuelto en arena y silencio.
Cadena Perpetua (1994)
Andy Dufresne, condenado injustamente, encuentra libertad en la esperanza. Su amistad con Red, narrada por Morgan Freeman, es el corazón de esta historia sobre redención. La prisión es sombría, pero la luz de la perseverancia ilumina el camino. Una oda al alma humana y su capacidad de resistir.
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