El humor en el cine nos enseña a reírnos de la vida y de nosotros mismos
El humor en el cine
El humor siempre ha sido un espejo sencillo, pero honesto. Cuando reímos, a menudo no nos damos cuenta de que estamos mirando lo que somos: nuestras contradicciones, nuestras rarezas. El cine de humor lo hace con más fuerza. Nos muestra cómo vivimos, cómo pensamos, cómo somos. Y lo hace sin pretensiones. Solo a través de la risa. Y aunque parece sutil, no lo es.
Recuerdo la primera vez que vi El guateque. Una vieja película con Peter Sellers, interpretando a un hombre fuera de lugar. Las situaciones eran absurdas, cómicas, pero había algo más ahí. Más tarde entendí que esa película hablaba de clase, de cultura, de esas normas invisibles que parecen hechas para ponernos a prueba.
En España, algo parecido lo hizo Paco Martínez Soria. Sus personajes eran hombres de campo perdidos en la gran ciudad. Todo era risas, sí, pero también había una melancolía en ese choque entre lo que era y lo que ya no podía ser. Nos reíamos, pero también entendíamos la pérdida.
El humor también sirve para hablar de lo que no queremos mirar de frente. La vida de Brian es un buen ejemplo. Monty Python se atrevió a reírse de todo, incluso de la religión. Pero no era una burla fácil, no. Era como si usaran la risa para romper muros, para señalar los absurdos que damos por sentado. En España, La vaquilla hizo algo similar. Era la Guerra Civil, pero desde el humor. Soldados republicanos robando una vaca del bando enemigo. Todo era absurdo. Pero ¿acaso la guerra no lo es? Berlanga usó la comedia como un bisturí: cortó con precisión. Y aunque reímos, dolió. Le he dedicado una entrada aparte a su cine.
En el cine español, el humor tiene un peso especial. Lo que nos hace reír también nos hace preguntarnos quiénes somos. La escopeta nacional es un buen ejemplo: una cacería que es, en realidad, una radiografía. La clase alta, el poder, la corrupción… Todo está ahí, envuelto en situaciones cómicas que te hacen bajar la guardia. Y justo ahí, te llega la verdad.
Esa mezcla —entre la risa y la crítica— es profundamente española. La vi también en Ocho apellidos vascos: un andaluz, una vasca, los tópicos, los acentos… Pero también una mirada sincera a lo que nos separa y lo que nos une. Paco Martínez Soria ya hacía eso, pero desde otro lugar: tradición, familia, el choque entre lo viejo y lo nuevo. Sus películas eran una forma de entender cómo íbamos cambiando como país.
Y no solo en el cine. También en televisión hemos visto humor que conecta con nosotros. Recuerdo Cheers. Ese bar, ese lugar donde se iba a beber, a hablar, a reír. Pero también era un refugio. Las risas escondían heridas. Luego llegó Frasier, que tomó esas risas y las volvió más sofisticadas, más familiares. En España hemos tenido menos ejemplos así, pero algunas series lo lograron: personajes con los que podías reír y, a la vez, sentirte menos solo.
Para mí, hay películas que dejaron algo más que risas. Fueron un hito. De esas que no se borran con el tiempo. Las que todavía llevo conmigo. Las que provocaron esa risa genuina que aparece sin buscarla. Algunas las he mencionado ya. Otras vienen a continuación.
El Guateque (1968)
"El Guateque" es una comedia clásica donde Peter Sellers interpreta a Hrundi V. Bakshi, un actor hindú torpe que es invitado por error a una lujosa fiesta en Hollywood, desencadenando una serie de situaciones hilarantes.
El regreso de la Pantera Rosa (1975)
En "El Regreso de la Pantera Rosa", el inspector Clouseau, interpretado por Peter Sellers, regresa para investigar el robo del famoso diamante "La Pantera Rosa", en una comedia llena de enredos y humor absurdo.
El jovencito Frankenstein (1974)
"El Jovencito Frankestein" dirigida por Mel Brooks, esta parodia de las películas de terror clásicas sigue al Dr. Frederick Frankenstein mientras recrea los experimentos de su abuelo, con resultados cómicos.
La cena de los idiotas (1998)
"La Cena de los Idiotas", es una comedia francesa donde un grupo de amigos organiza cenas semanales invitando a "idiotas" para burlarse de ellos, pero las cosas no salen como esperan.
Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? (2014)
"Dios mio, ¿pero que te hemos hecho" trata de una pareja católica francesa enfrenta el matrimonio de sus cuatro hijas con hombres de diferentes culturas y religiones, lo que genera situaciones cómicas y reflexiones sobre la diversidad.
MASH (1970)
MASH. Ambientada durante la Guerra de Corea, esta comedia negra sigue al personal de un hospital quirúrgico móvil que utiliza el humor para sobrellevar las dificultades del conflicto.
Con faldas y a lo loco (1959)
En "Con Faldas y a lo Loco", dos músicos testigos de un asesinato se disfrazan de mujeres y se unen a una banda femenina para escapar de la mafia, desencadenando una serie de enredos cómicos.
El apartamento (1960)
En "El Apartamento" un empleado presta su apartamento a sus jefes para sus aventuras amorosas, pero las complicaciones surgen cuando se enamora de una de las amantes.
La vida de Brian (1979)
"La historia de Brian", nacido el mismo día que Jesucristo y en el pesebre de al lado, quien es confundido con el Mesías en una sátira de las religiones organizadas.
Atrapado en el tiempo (1993)
En "Atrapado en el Tiempo", un meteorólogo se ve atrapado en un bucle temporal, reviviendo el mismo día una y otra vez, lo que lo lleva a reflexionar sobre su vida y decisiones.